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Mantener la grasa parda
Comentario a cargo del Acad. Juan Pablo Rossi
Existen básicamente dos tipos de grasa corporal: la blanca y la parda o marrón. Cada una cumple su función y ambas son necesarias, pero solemos tener demasiada blanca, que aumenta el riesgo cardiovascular y poca grasa parda que es protectora. Lograr un equilibrio entre ellas previene la obesidad y la diabetes tipo 2.
La grasa blanca tiene la capacidad de almacenar energía en forma de triglicéridos y de liberarla en forma de ácidos grasos libres y triacilglicerol. En realidad, es una reserva de energía del cuerpo y de hecho constituye en promedio el 20-25% de la masa corporal.
La grasa parda, por su parte, tiene la capacidad de oxidar glucosa y lípidos para convertirlos en calor. Su principal función es termorreguladora, es decir, protegernos del frío cuando nos exponemos a bajas temperaturas. Se sitúa sobre todo en la zona del cuello, la parte superior de la espalda y las arterias renales. La grasa parda se activa cuando sentimos frío a través del sistema nervioso simpático para producir calor y aumentar la temperatura corporal.
Además del frío, se están estudiando otras formas de activar este tipo de grasa para convertirla en un aliado y combatir trastornos como la obesidad. Una forma de hacerlo sería mediante el ejercicio, aunque todavía se desconoce si es la única o la mejor.
El tejido adiposo pardo termogénico presenta múltiples gotas de lípidos pequeños en comparación con sus contrapartes de adipocitos blancos uniloculares. El mecanismo por el cual surge esta organización no está claro, aunque tanto en adipocitos blancos como marrones, la fusión de lípidos pequeños es promovida por proteínas efectoras similares a las que inducen la muerte celular.
El análisis del interactoma en adipocitos marrones mostró el enriquecimiento de los componentes de la vía de degradación asociada al retículo endoplásmico y la inhibición de esta vía redujo la degradación de calsyntenin-3β. Los ratones knockout de esta proteína, presentaban adipocitos más grandes, más uniloculares, más pálidos y tenían mayores cantidades de triglicéridos en comparación con las de los ratones nativos (wild type) y eran más sensibles a los desafíos de frío agudo. La expresión de calsyntenin-3β en los adipocitos de ratones a través de la inyección de un vector de expresión de genes virales dio como resultado un fenotipo multilocular mejorado en grasa parda.
Estos hallazgos identifican a la calsyntenin-3β como una proteína esencial para la unión de los adipocitos de grasa parda y el retículo sarcoplásmico que es importante para el fenotipo multilocular característico, lo que proporciona una mayor base para comprender la fisiología de la grasa parda.
Amy E. Baek. Keeping brown fat brown. Science Signaling 15 (2022)
Los modelos animales para el testeo de medicamentos
Comentario a cargo del Acad. Juan Pablo Rossi
Los nuevos medicamentos no necesitan ser probados en animales para recibir la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). Según Don Ingber, un bioingeniero de la Universidad de Harvard cuyo laboratorio desarrolló la tecnología de chips de órganos que ahora comercializa la empresa Emulate, “los modelos animales se equivocan con más frecuencia de lo que aciertan”. En estos chips, los canales están revestidos con células vivas y tejidos de órganos como el cerebro, el hígado, los pulmones y los riñones. Los fluidos fluyen a través de ellos para imitar el flujo de sangre a través de pequeños vasos y el flujo de fluidos a través de los tejidos, como lo hace en los órganos vivos. En el cuerpo, el daño por drogas a menudo aparece en el hígado porque descompone las drogas para su excreción. Los chips de hígado de la compañía Emulate identificaron correctamente el 87% de una variedad de medicamentos que se transfirieron a los humanos después de estudios en animales, pero luego fallaron en los ensayos clínicos porque eran tóxicos para el hígado o fueron aprobados para el mercado pero luego se retiraron o se redujeron debido a problemas hepáticos. Sin embargo se han mostrado prometedores en la predicción de toxicidades hepáticas y cardíacas. Sus defensores también promocionan el potencial de las redes neuronales artificiales digitales para identificar rápidamente los efectos tóxicos de las drogas. Algunas compañías farmacéuticas se han irritado por el requisito de la FDA de realizar pruebas con animales, argumentando que los estudios con animales les cuestan millones de dólares, lo que ralentiza el desarrollo de fármacos y hace que los medicamentos que llegan al mercado sean mucho más caros. Wendy Jarrett, directora ejecutiva de Understanding Animal Research, un grupo de defensa de la investigación con animales con sede en el Reino Unido, no comparte el deleite de los defensores de los animales por los cambios. Ella dice que los métodos sin animales no pueden capturar todas las formas en que un medicamento podría poner en riesgo a los participantes de ensayos humanos. Aún no está claro cuánto cambiará la nueva ley las cosas en la FDA ya que, aunque ahora permite que la agencia apruebe un medicamento para ensayos en humanos sin pruebas en animales, no la obliga a aprobar tal medicamento. Además, los toxicólogos de la FDA son famosos por ser conservadores y prefieren las pruebas en animales en parte porque permiten examinar los posibles efectos tóxicos de un fármaco en cada órgano después de sacrificar al animal. El principal impacto de la nueva ley es que abre el camino para que la FDA y una empresa tengan una discusión seria sobre si las alternativas son adecuadas.
Meredith Wadman. FDA no longer needs to require animal tests before human drug trials. Science (2023).
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